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Fe y Obras - Contents
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    Advertencia contra una santificación espuria

    De un informe de “El congreso en Suecia” de mediados de junio de 1886. Publicado en la Review and Herald, 5 de octubre de 1886.

    Durante las reuniones de Orebro el Espíritu del Señor me urgió a presentar su ley como la gran norma de santidad y a advertir a la gente contra la moderna santificación espuria que tiene su origen en la adoración del yo en lugar de la sumisión a la voluntad de Dios. Este error está inundando el mundo rápidamente, y como testigos de Dios seremos llamados a dar un decidido testimonio contra él. Es uno de los engaños específicos de los postreros días y demostrará ser una tentación para todos los que creen en la verdad presente. Los que no tienen su fe firmemente establecida en la Palabra de Dios serán extraviados. Y la parte más triste de todo esto es que tan pocos de los que son engañados por este error hallan alguna vez el camino de regreso a la luz.FO 51.1

    La Biblia es la norma por medio de la cual se han de probar las pretensiones de todos los que profesan santificación. Jesús oró pidiendo que sus discípulos fueran santificados en la verdad, y dijo: “Tu palabra es verdad” (Juan 17:17); mientras el salmista declara: “Tu ley [es] la verdad”. Salmos 119:142. Todos los que son guiados por Dios manifestarán un elevado respeto por las Escrituras en las cuales se oye su voz. Para los tales la Biblia será “útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”. 2 Timoteo 3:16, 17. “Por sus frutos los conoceréis”. Mateo 7:16.FO 51.2

    No necesitamos otra evidencia para juzgar la santificación de los hombres; si temen no estar obedeciendo la voluntad de Dios en su integridad, si escuchan diligentemente su voz, confiando en su sabiduría y haciendo de la Palabra de Dios su consejero, entonces, aunque no hacen alarde de una bondad superior, podemos estar seguros de que están tratando de alcanzar la perfección del carácter cristiano. Pero si los que pretenden ser santos hasta insinúan que ya no necesitan escudriñar las Escrituras, podemos declarar sin vacilación que su santificación es espuria. Se están inclinando ante su propio entendimiento en vez de conformarse a la voluntad de Dios.FO 52.1

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