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El Ministerio de Curación - Contents
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    Las bebidas fermentadas

    Pensad en las espantosas desgracias que suceden cada día a consecuencia de la bebida. En un tren, algún empleado pasa por alto una señal, o interpreta erróneamente una orden. El tren sigue adelante; ocurre un choque, y se pierden muchas vidas. O un vapor encalla, y tanto los pasajeros como los tripulantes hallan su tumba en el agua. Procédese a una investigación y se comprueba que alguien que desempeñaba un puesto importante estaba entonces bajo la influencia de la bebida. ¿Hasta qué punto puede uno entregarse al hábito de beber y llevar la responsabilidad de vidas humanas? Estas pueden confiarse tan sólo a quien es verdaderamente abstemio.MC 254.4

    Los que han heredado la sed de estimulantes antinaturales no deberían tener de ningún modo vino, cerveza o sidra a la vista o a su alcance, porque esto los expone continuamente a la tentación. Considerando inofensiva la sidra dulce, muchos no vacilan en comprar una buena provisión de ella. Pero la sidra permanece dulce muy poco tiempo; pronto empieza a fermentar. El gusto picante que entonces adquiere la hace tanto más aceptable a muchos paladares, y el que la bebe se resiste a creer que ha fermentado.MC 255.1

    Aun el consumo de sidra dulce tal como se la produce comúnmente es peligroso para la salud. Si la gente pudiera ver lo que el microscopio revela en la sidra que se compra, muy pocos consentirían en beberla. Muchas veces los que elaboran sidra para la venta no son escrupulosos en la selección de la fruta que emplean, y exprimen el jugo de fruta agusanada y echada a perder. Los que ni siquiera pensarían en comer fruta dañina o podrida, no reparan en tomar sidra hecha con esta misma fruta y la consideran deliciosa; pero el microscopio revela que aun al salir del lagar, esta bebida al parecer tan agradable es absolutamente impropia para el consumo.MC 255.2

    Se llega a la embriaguez tan ciertamente con el vino, la cerveza y la sidra, como con bebidas más fuertes. El uso de las bebidas que tienen menos alcohol despierta el deseo de consumir las más fuertes, y así se contrae el hábito de beber. La moderación en la bebida es la escuela en que se educan los hombres para la carrera de borrachos. Tan insidiosa es la obra de estos estimulantes más leves, que la víctima entra por el camino ancho que lleva a la costumbre de emborracharse antes de que se haya dado cuenta del peligro.MC 255.3

    Algunos que nunca son tenidos por ebrios están siempre bajo la influencia de las bebidas embriagantes débiles. Se los nota febriles, de genio inestable y desequilibrados. Creyéndose en seguridad, siguen adelante, hasta derribar toda barrera y sacrificar todo principio. Las resoluciones más firmes quedan socavadas; las más altas consideraciones no bastan para sujetar sus apetitos a la razón.MC 255.4

    En ninguna parte sanciona la Biblia el uso del vino fermentado. El vino que Cristo hizo con agua en las bodas de Caná era zumo puro de uva. Este es el “mosto” que se halla en el “racimo,” del cual dice la Escritura: “No lo desperdicies, que bendición hay en él.” Isaías 65:8.MC 256.1

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