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LA HUMILDAD DE ELENA DE WHITE AL ESCRIBIR MV 374

En una carta a O. A. Olsen, presidente de la Asociación General, ella escribió sobre cómo, al emprender este trabajo, se sentía casi abrumada con el tema: MV 374.6

Esta semana se me ha dado la oportunidad de escribir sobre la vida de Cristo. ¡Oh, cuán ineficiente, cuán incapaz soy de expresar las cosas que arden en mi alma con referencia a la misión de Cristo! A duras penas me he atrevido a abordar el trabajo. Es tan abarcante. ¿Y qué diré, y qué dejaré sin decir? Me quedo despierta por las noches rogándole al Señor que el Espíritu Santo venga sobre mí, more en mí... MV 375.1

Camino temblando ante el Señor. No sé cómo expresar o describir con la pluma el tema grandioso del sacrificio expiatorio. No sé cómo presentar los temas con el poder viviente con el cual están ante mí. Tiemblo de temor no sea que empequeñezca el gran plan de salvación con palabras vulgares. Inclino mi alma en temor y reverencia ante Dios y digo: “Para estas cosas, ¿quién es suficiente?” (Carta 40, 1892). MV 375.2

En esta época ella mencionaba sólo ocasionalmente visiones específicas en las que pasaban ante ella escenas pertenecientes a la vida de Cristo, pero en relación con su primer escrito sobre el tema en 1858, aparecían frecuentemente los términos “Yo vi”, “Me fue mostrado”, u otras expresiones indicando revelación e inspiración divinas. En 1889 ella contó sobre cómo “la traición, juicio y crucifixión de Jesús” habían pasado ante ella punto por punto (Carta 14, 1889). En 1900 ella escribió: MV 375.3

Me fueron presentadas escenas celestiales sobre la vida de Cristo, agradables de contemplar, y nuevamente escenas dolorosas que no siempre fueron agradables para que él las llevase, lo que afligía mi corazón (MS 93, 1900). MV 375.4