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Cómoda con los caballos MDS 102

He aquí una mujer que en un tiempo había sido frágil, de 1,57 m de altura (cinco pies y dos pulgadas), que podía ensillar caballos y andar en ellos como la mayoría de los hombres. 2Una cantidad de referencias describen su práctica de andar a caballo en las montañas de Colorado, tanto por placer como para viajar. Ver MR, t. 3, pp. 158,163,170; t. 8, p. 121; t. 20, p. 208. Además de eso, basada en su propia experiencia, ella recomendó fuertemente que los varones debían aprender, ya sea en la casa o en la escuela, a “tender la cama, ordenar una pieza, lavar la loza, preparar una comida, lavar y remendar su ropa”. Las niñas debieran “aprender a enjaezar y guiar un caballo, manejar el serrucho y el martillo, lo mismo que el rastrillo y la azada”. 3La educación, pp. 212-213. MDS 102.3