Dios nos llama a estar en armonía con el modelo divino. Hoy nos llama a arrepentimos y a convertirnos de nuevo, entonces su Espíritu habitará en nosotros y habrá transformaciones de carácter jamás soñadas. En la medida en que su Espíritu obra en nosotros se manifestará una gracia salvadora mediante la cual seremos profundamente convencidos de la maravillosa transformación que está ocurriendo en nuestro carácter. Otros lo notarán y serán influenciados por ello. De este modo, una obra constante y progresiva se llevará a cabo en la iglesia. ¡Oh, mis queridos hermanos y hermanas, unámonos! No debemos estar en desacuerdo ahora, ya el día está muy avanzado. SE1 322.2
Leemos otra vez: «Tengo, pues, de qué gloriarme en Cristo Jesús en lo que a Dios se refiere” (vers. 17). «De qué gloriarme en Cristo Jesús». Esta es la manera en que podemos gloriarnos. Entre tanto se lleva a cabo la transformación del carácter, a través del arrepentimiento y la confesión, de una nueva conversión y del rebautismo, ustedes se gloriarán en Cristo Jesús «en lo que a Dios se refiere», no en las cosas que pertenecen a sus propios intereses personales y egoístas (Se cita el versículo 18). SE1 322.3
¡Ojalá que cada alma presente en esta congregación humillara su corazón delante de Dios! ¡Ojalá que todos se convirtieran de nuevo! ¡Ojalá que toda alma se postrara ante Dios y entregara sin reservas el yo, y solemnemente prometiera que, con la ayuda del Cielo, a partir de este momento, mantendría sus labios sin engaños y santificados; que mantendría su vida y conducta santificados; que alma, cuerpo y espíritu estarían dedicados por siempre al Señor! ¡Si se hiciera una obra minuciosa tendríamos un gran grupo de misioneros listos para trabajar en estas ciudades! ¡Oh, cuántos pudieran ser enviados a los lugares donde la gente nunca ha escuchado el mensaje del tercer ángel! SE1 322.4