Go to full page →

Dejen entrar al Sol de justicia SE1 117

Ahora sucede exactamente lo mismo que pasó en los días de los judíos. Cuando venía un mensaje, todo el poder de los dirigentes se levantaba en su contra, para que no llegara al pueblo. Hermanos, acudan a Dios por ustedes mismos, y sobre sus rodillas rueguen a Dios. No podemos soportar que las personas salgan de aquí, el centro y corazón de la obra, con impresiones equivocadas. No puedo soportar que salgan de aquí obnubilados. Si Dios nos envía la luz, dejen que venga a nosotros, y que ningún ser humano cierre la puerta o trate de cerrarla. No la cierren ustedes mismos. ¡Abran la puerta de su corazón y dejen que los brillantes rayos de luz fulguren en sus corazones y mentes! Les ruego: Dejen entrar al Sol de Justicia. SE1 117.4

Ahora bien, si es mi obra, y si Dios quiere que me levante y me oponga a este asunto hasta el final, puedo hacerlo; pero ¿cuánto tiempo pasará antes de que ustedes decidan que recibirán mi testimonio? ¿Cuánto tiempo pasará antes de que mi mensaje tenga algún impacto en ustedes? ¿Cuánto tiempo pasará antes de que ustedes acepten el consejo que ha estado entre nosotros desde el mismo comienzo? ¿Hasta cuándo rechazarán o se apartarán del testimonio prefiriendo sus propios sentimientos, sus propias ideas y sus propios impulsos? He estado aquí y he luchado cada centímetro de terreno para que podamos tener el mismo mensaje que este pueblo ha tenido, para que yo pudiera trabajar junto con Dios. Quiero saber cómo le permitirá Dios a su pueblo negar y obstruir la vía para que la luz que él les ha enviado no los alcance. ¿Por cuánto tiempo estaremos lidiando con este asunto? ¿Por cuánto tiempo ha de venir en vano la gracia de Dios a este pueblo? Les ruego que, por el amor de Cristo, preparen el camino del Rey y no jueguen con el Espíritu de Dios. SE1 117.5