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LA SOCIEDAD MISIONERA DEL SUR GMA 361

Hablando estrictamente, esta sociedad no se puede llamar extranjera, a pesar de que está haciendo una obra de evangelización de un pueblo extranjero (africanos) en nuestra tierra. Se debe mucho crédito a los esfuerzos perseverantes del pastor J. E. White, bajo la bendición de Dios por los resultados ya obtenidos. GMA 361.2

En el invierno de 1893, cuando yo servía como presidente de la Asociación de Illinois, el pastor White vino a mí con una pesada carga por el pueblo de color de los Estados sureños. Como pasaba unos días en Chicago, solicitó el privilegio de trabajar por la gente de color que vivía en la ciudad. Con mucho gusto le fue concedido su pedido, y allí comenzó realmente su obra por este pueblo desafortunado. GMA 361.3