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El hombre es propiedad de Cristo CSI 83

Jesús sufrió la muerte para rescatar al hombre de las garras de Satanás. Vino para ponernos en libertad por la sangre de su sacrificio expiatorio. El hombre que haya aceptado pertenecer a Jesucristo, y cuyo cuerpo sea un templo del Espíritu Santo, no se dejará esclavizar por el terrible vicio del tabaco. Sus facultades pertenecen a Cristo, que lo compró por un precio de sangre. Lo que posee pertenece al Señor. Entonces, ¿cómo puede ser inocente si gasta cotidianamente el dinero que el Señor le ha confiado, para satisfacer un apetito que no es natural? CSI 83.1