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Ofrendas cojas y enfermas CMC 212

Alejémonos de todas estas corrupciones, disipaciones y festivales practicados en la iglesia y que ejercen una influencia desmoralizadora sobre jóvenes y adultos. No tenemos derecho de cubrirlo con una capa de santidad porque los recursos obtenidos hayan de emplearse para beneficio de la iglesia. Tales ofrendas son cojas y enfermas, y llevan la maldición de Dios. Son el precio de las almas. Aunque desde el púlpito se patrocinen los festivales, los bailes, las loterías, las ferias y las comilonas abundantes para obtener recursos para la iglesia, nosotros no debemos participar en ninguna de estas cosas, porque si lo hacemos experimentaremos el desagrado de Dios. No debemos proponernos estimular la concupiscencia del apetito o recurrir a los entretenimientos carnales para persuadir a los seguidores profesos de Cristo a dar de los recursos que Dios les ha concedido. Si no dan voluntariamente, por amor a Cristo, la ofrenda en ningún caso será aceptable para Dios. CMC 212.4