El pueblo de Dios, que ha sido bendecido con gran luz acerca de la verdad para este tiempo, no debería olvidar que está velando y esperando la venida de su Señor en las nubes de los cielos. Que no olviden que deben abandonar las obras de las tinieblas y vestirse con la armadura de luz. Que nadie se haga ídolos de oro, plata o tierras, y sirva con su corazón a este mundo y sus intereses. Existe una manía de especular en tierras tanto en la ciudad como en el campo. Los métodos antiguos, seguros y saludables de subsistencia están perdiendo su popularidad. La idea de acumular cuantiosos recursos con ayuda de las ganancias moderadas obtenidas mediante la laboriosidad y la frugalidad, es una idea de la que muchos se burlan porque sostienen que ya no se adecua a esta época progresista. CMC 245.1
El deseo de dedicarse a la especulación, comprando lotes de terrenos en el campo y en la ciudad, o cualquier cosa que prometa ganancias repentinas y exorbitantes, ha alcanzado la intensidad de la fiebre, de modo que el cuerpo, los pensamientos y el trabajo se aplican a la adquisición de todas las riquezas terrenales posibles, en el tiempo más corto que se pueda. Algunos de nuestros jóvenes tienen probabilidad de correr apresuradamente hacia la ruina a causa de este febril deseo de conseguir riquezas. Este anhelo de ganancias abre la puerta del corazón a las tentaciones del enemigo. Y las tentaciones que sobrevienen son de una naturaleza tan engañadora, que hay quienes no pueden resistirlas... CMC 245.2