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La atracción de las loterías CMC 255

Hay además un negocio de lotería relacionado con ello, y el joven que va allí consigue un reloj de oro. ¿Y qué quiere decir eso? El reloj puede ser de oro genuino, puede ser que no sea un fraude; pero, ah, hay un fraude detrás de eso, y ahí está la trampa. Si ganó esto una vez, querrá tratar de ganarlo otra vez. Si hubiera sido mi hijo, habría preferido verlo en el ataúd antes que luciendo ese reloj de oro. Luego hay otros muchachos. Les muestra su reloj y así les entra el deseo de probar suerte en esa misma forma, y así probarán este asunto por ellos mismos. Luego otro lo intentará, y aún otro más; y así se extiende la influencia de uno a otro, y el diablo sabe en qué forma desempeñar su juego.—Manuscrito 1, 1890. CMC 255.1