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Esculpidos en las manos de Cristo CMC 358

Cristo guardará los nombres de todos los que no consideran ningún sacrificio demasiado costoso para ofrecerlos a él sobre el altar de la fe y el amor. Él lo sacrificó todo por la humanidad caída. Los nombres de los que son obedientes, los que se sacrifican y los fieles estarán esculpidos en las palmas de sus manos; no serán vomitados de su boca, sino que serán tomados en sus labios y él rogará especialmente en favor de ellos ante el Padre. Cuando los egoístas y orgullosos sean olvidados, ellos serán recordados y sus nombres serán inmortalizados. A fin de ser felices, debemos vivir para hacer felices a otros. Es bueno que presentemos nuestras posesiones, nuestros talentos y nuestros afectos en una agradecida devoción a Cristo, y en esa forma encontraremos felicidad aquí y una gloria inmortal en el más allá.—Testimonies for the Church 3:250, 251. CMC 358.1