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La obra de beneficencia tiene una doble bendición CMC 360

La sabiduría divina ha señalado, en el plan de salvación, la ley de la acción y la reacción, lo que hace que la obra de beneficencia sea en todos sus aspectos una doble bendición. Dios podría haber cumplido su objetivo en la salvación de los pecadores sin la ayuda del hombre. Pero él sabía que el hombre no podría ser feliz sin desempeñar una parte en la gran obra de redención. Nuestro Redentor trazó el plan de utilizar al hombre como su colaborador para que éste no perdiese los benditos resultados de la benevolencia.—The Review and Herald, 23 de marzo de 1897. CMC 360.1