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Hay que diezmar las posesiones tanto como las entradas CMC 71

Tal como lo hizo Abrahán, hay que pagar el diezmo de todo lo que se posee y de todo lo que se recibe. Un diezmo dado fielmente es la parte del Señor. Retenerlo es robar a Dios. Cada persona debe llevar con liberalidad los diezmos y las ofrendas a la tesorería del Señor, con buena voluntad y con gozo, porque al hacerlo así recibe una bendición. Es peligroso retener como propia la parte que le pertenece a Dios.—Manuscrito 159, 1899. CMC 71.1