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El mayordomo infiel experimentará una gran pérdida CMC 93

La promesa hecha a los que honran a Dios de su sustancia todavía está registrada sobre las páginas sagradas. Si el pueblo del Señor hubiera obedecido fielmente sus directivas, la promesa se habría cumplido para ellos. Pero cuando los hombres pasan por alto las pretensiones de Dios establecidas claramente delante de ellos, el Señor permite que sigan sus propios caminos y cosechen el fruto de sus acciones. Quienquiera que se apodere para su propio uso de la porción que Dios se ha reservado está demostrando que es un mayordomo infiel. Perderá no sólo lo que ha retenido de Dios sino también lo que se le dio como suyo.—The Review and Herald, 4 de febrero de 1902. CMC 93.1