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Las primeras dos plagas EUD 207

Cuando Cristo deje de interceder en el santuario, se derramará sin mezcla la ira de Dios de la que son amenazados los que adoran a la bestia y a su imagen y reciben su marca. Apocalipsis 14:9-10. Las plagas que cayeron sobre Egipto cuando Dios estaba por libertar a Israel fueron de índole análoga a los juicios más terribles extensos que caerán sobre el mundo inmediatamente antes de la liberación final del pueblo de Dios. En el Apocalipsis se lee lo siguiente con referencia a esas mismas plagas tan temibles: “Vino una plaga mala y dañosa sobre los hombres que tenían la señal de la bestia, y sobre los que adoraban su imagen”. El mar “se convirtió en sangre como de un muerto; y toda alma viviente fue muerta en el mar”. Apocalipsis 16:2-3.—Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 685-686 (1911). EUD 207.5

Las plagas estaban cayendo sobre los moradores la tierra. Algunos acusaban a Dios y le maldecían. Otros acudían presurosos al pueblo de Dios en súplica de que les enseñase cómo escapar a los juicios divinos. Pero los santos no tenían nada para ellos. Había sido derrama la última lágrima en favor de los pecadores, ofrecida última angustiosa oración, soportada la última carga y dado el postrer aviso.—Primeros Escritos, 281 (1858). EUD 208.1