Elena G. de White pasó los primeros días de la semana siguiente, el 7 y 8 de septiembre, escribiendo sus experiencias del viaje a Basilea, para publicarlas en la Review and Herald, y preparándose para la sesión del concilio europeo. Sus pensamientos retrocedieron a los tiempos de la Reforma en Suiza, tema al cual se había referido dos años atrás en el tomo 4 de su popular libro Spirit of Prophecy (The Great Controversy) [El Conflicto de los Siglos]. Pero mientras estuvo en Suiza escribió: EGWE 59.4
“La ciudad de Basilea fue un lugar importante para los reformadores protestantes. Suiza fue uno de los primeros países de Europa que captó la luz de la mañana y anunció el surgimiento de la Reforma. Y Basilea fue uno de esos sitios donde la luz del día concentró sus rayos; de allí se irradiaron a los lugares circunvecinos. No fue, sin embargo, hasta después de transcurridos algunos años de espera y conflicto, que la Reforma se estableció aquí completamente”.—Historical Sketches of the Foreign Missions of the Seventh Day Adventist, 169, 170. EGWE 59.5
Se le reveló que las publicaciones que existían en el período de la Reforma eran importantes para el éxito de la obra del Señor en esa época. EGWE 60.1
“Por ser la sede de una universidad, Basilea era un centro de reuniones favorito para los eruditos. Contaba también con muchas imprentas. Fue aquí donde Zwinglio recibió su primera educación; donde Erasmo publicó el Nuevo Testamento que había traducido al latín del griego original; donde Frobenius, el célebre impresor, publicó los escritos de Lutero, y en poco tiempo los diseminó por Francia, España, Italia e Inglaterra; y también donde Juan Foxe pasó parte de su exilio tratando de imprimir algunos de sus libros... Aquí imprimió la primera parte de Book of Martyrs (El libro de los mártires)”.—Ibid. 171. EGWE 60.2
Después la Sra. de White comenzó a pensar en la iglesia moderna, con sus posibilidades de imprimir y publicar el último mensaje de Dios. EGWE 60.3
“En la providencia de Dios, nuestra casa editora está ubicada en este lugar santo [Basilea]. No podríamos desear un lugar más favorable para publicar la verdad en diferentes idiomas. Como Suiza es una república pequeña, las cosas que provienen de ella no se reciben con suspicacia, como sucedería si una nación poderosa las entregara a otra de sus grandes rivales. Aquí se hablan tres idiomas: francés, alemán e italiano; es, por lo tanto, un lugar favorable para imprimir publicaciones en estos idiomas”.—Ibid. EGWE 60.4