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Una experiencia amplia MM 336

De nuevo tengo la mente muy intranquila con relación a nuestra conducta y la formación del carácter en esta vida. Hemos tomado, abiertamente, nuestra posición del lado del Señor para representar en esta generación maligna la íntima relación que los cristianos gozan con Dios y con Jesucristo a quien él ha enviado. En realidad, tenemos el privilegio de ampliar nuestra experiencia, profundizar nuestra consagración y tener un contacto más cercano con nuestro Padre celestial, colocando nuestra voluntad y nuestros caminos en conformidad con su voluntad y sus caminos. MM 336.2

Mi oración esta mañana es muy fervorosa y persistente: que en la lucha cristiana no fracasemos ni nos desanimemos. “Hay luz arriba”, me dice una Voz; y en respuesta, desvío los ojos de lo terrenal y desalentador y considero lo celestial, orando fervientemente para que el pueblo de Dios pueda comprender en forma más clara y contundente la dignidad que nuestro Padre celestial nos ha conferido al llamarnos a representar, delante del mundo, en carne de pecado, su bondad y misericordia. Sobre nosotros, como también sobre los desagradecidos e impíos, él derrama innúmeras bendiciones. Debemos expresar nuestra gratitud a Dios por ser aceptados como obreros que cooperan con el Señor Jesucristo. MM 337.1

Los que predican la Palabra del Señor deben vivir lo que enseñan. Si recibimos la gracia de Dios en el corazón, debemos revelar a otros esta gracia en toda palabra y acción. Los que están fundados en la misericordia sin límite de Cristo deben practicar su paciencia y tolerancia, y nunca revelar un espíritu de injusticia arbitraria hacia sus hermanos o hacia los demás. MM 337.2