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Sin jactancia MM 87

Los médicos temerosos de Dios hablan modestamente de su obra; pero los novicios con experiencia limitada en tratar con los cuerpos y almas... hablan con frecuencia jactanciosamente de sus conocimientos y proezas. Ellos necesitan conocerse mejor; entonces serían más inteligentes en el cumplimiento de sus deberes y comprenderían que en todo departamento donde tengan que trabajar, deben poseer una disposición voluntaria, un espíritu ferviente y un celo cordial y abnegado al tratar de hacer bien a otros. No estudiarán la mejor forma de preservar su dignidad, sino que por un espíritu servicial y cuidadoso conquistarán una reputación de esmero y exactitud, y por un ministerio lleno de simpatía ganarán el corazón de cada persona a quien sirvan. MM 87.2

En la profesión médica hay muchos escépticos y ateos que exaltan las obras de Dios por encima del Dios de la ciencia. Son comparativamente pocos los que ingresan en las facultades de medicina del mundo y salen puros y sin mancha. No se elevaron, ni ennoblecieron, ni santificaron. Las cosas materiales eclipsaron las celestiales y eternas. Muchos mezclan la fe y los principios religiosos con las costumbres y prácticas del mundo, y escasea la religión pura y sin mancha. Pero cada estudiante puede ingresar en la facultad con la misma firmeza y resolución con que Daniel ingresó en la corte de Babilonia, y mantenerse íntegro durante toda su carrera. MM 87.3