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Las mayores victorias se logran con oración ferviente Or 106

¿Haremos avanzar la obra del Señor en la forma en que él lo ha señalado? ¿Estamos dispuestos a ser enseñados por Dios? ¿Lucharemos con Dios en oración? ¿Recibiremos el bautismo del Espíritu Santo? Esto es lo que necesitamos y podemos tener en este tiempo. Entonces saldremos con un mensaje del Señor, y la luz de la verdad brillará como un a lámpara que arde, alcanzando todas partes del mundo. Si caminamos humildemente con Dios, él caminará con nosotros. Humillemos nuestras almas, y veremos su salvación.—The Review and Herald, 1 de julio de 1909. Or 106.1

Jacob prevaleció, porque fue perseverante y decidido. Su experiencia atestigua el poder de la oración insistente. Este es el tiempo en que debemos aprender la lección de la oración que prevalece y de la fe inquebrantable. Las mayores victorias de la iglesia de Cristo o del cristiano no son las que se ganan mediante el talento o la educación, la riqueza o el favor de los hombres. Son las victorias que se alcanzan en la cámara de audiencia con Dios, cuando la fe fervorosa y agonizante se ase del poderoso brazo de la omnipotencia. Or 106.2

Los que no están dispuestos a dejar todo pecado y buscar seriamente la bendición de Dios, no la alcanzarán. Pero todos los que se afirmen en las promesas de Dios como lo hizo Jacob, y sean tan vehementes y constantes como lo fue él, alcanzarán el éxito que él alcanzó.—Historia de los Patriarcas y Profetas, 201, 202. Or 106.3