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Herencia del apetito por los estimulantes 1MCP 153

Para algunas personas no es de ninguna manera seguro tener vino o sidra en la casa. Han heredado el apetito por los estimulantes que Satanás está continuamente tratando de inducirlos a complacer. Si ceden a sus tentaciones, no se detienen; el apetito exige que se lo complazca y se complace para su ruina. El cerebro se entorpece y se nubla; la razón ya no tiene las riendas, sino las ha cedido a la concupiscencia.—Testimonies for the Church 5:356, 357 (1885). 1MCP 153.2