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Tacto para tratar con mentes prejuiciadas 1MCP 192

Variaba sus mensajes de misericordia para adaptarlos a su auditorio. Sabía “hablar palabras al cansado” (Isaías 50:4) porque la gracia se derramaba de sus labios, con el propósito de inculcar a los hombres los tesoros de la verdad de la manera más atrayente. Tenía tacto para tratar con los espíritus llenos de prejuicios, y los sorprendía con ilustraciones que conquistaban su atención.—El Deseado de Todas las Gentes, 219 (1898). 1MCP 192.1