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El amor y la disciplina propia unen a la familia 1MCP 219

Procuren los padres manifestar en su propio carácter y en su vida doméstica el amor y la benevolencia del Padre celestial. Llenen el hogar de alegría. Para sus hijos esto tendrá más valor que tierras y dinero. Cultiven en sus corazones el amor al hogar, para que puedan mirar hacia atrás, hacia el hogar de su niñez, y ver en él un lugar de paz y felicidad, superado únicamente por el cielo. Los miembros de una familia no tienen todos el mismo carácter, y habrá muchas ocasiones para poner en práctica la paciencia e indulgencia; pero por el amor y el dominio propio todos pueden vincularse en la más íntima comunión.—Historia de los Patriarcas y Profetas, 174 (1890). 1MCP 219.4