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No jugar con los corazones 1MCP 299

Jugar con los corazones es un crimen no pequeño a la vista de un Dios santo. Y sin embargo hay quienes manifiestan preferencia por ciertas jóvenes y conquistan sus afectos, luego siguen su camino y se olvidan por completo de las palabras que pronunciaron y de sus efectos. Otro semblante los atrae, repiten las mismas palabras y dedican a otra persona las mismas atenciones.—The Review and Herald, 4 de noviembre de 1884; El hogar adventista, 48 (1894). 1MCP 299.2