Go to full page →

El amor no es sentimentalismo 1MCP 305

El amor y la consideración que Jesús quiere que brindemos a los demás no tiene sabor a sentimentalismo, que es una trampa para el alma; es un amor de origen celestial, que Jesús practicó por precepto y ejemplo. Pero en lugar de manifestar ese amor, nos sentimos separados y enajenados los unos de los otros [...]. El resultado es una separación de Dios, una experiencia malograda, el menoscabo del crecimiento cristiano.—The Youth’s Instructor, 20 de octubre de 1892; Hijos e Hijas de Dios, 149. 1MCP 305.2