Go to full page →

La fe genuina y la presunción 1MCP 39

Las promesas de Dios no son para que las reclamemos imprudentemente, para protegernos mientras corremos temerariamente hacia el peligro, violando las leyes de la naturaleza, o desentendiéndonos de la prudencia y del juicio que Dios nos ha dado. Esto no sería una fe genuina, sino presunción [...]. Satanás acude a nosotros con honor mundano, riquezas y los placeres de la vida. Estas tentaciones son diferentes, para adaptarlas a seres humanos de toda categoría y condición, para tentarlos y alejarlos de Dios, para servirse a sí mismos más que a su Creador. “Todo esto te daré, si postrado me adoras” (Mateo 4:9), le dijo Satanás a Cristo. Y Satanás le dice al hombre: “Todo esto te daré”. “Todo este dinero, toda esta tierra, todo este poder, y honor, y riquezas te daré”; y el hombre queda encantado, engañado, y traidoramente arrastrado a su ruina. Si nos entregamos a la mundanalidad del corazón y de la vida, Satanás está satisfecho.—Nuestra Elavada Vocacion, 95 (1872). 1MCP 39.1