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La vida cambia por la contemplación 1MCP 330

La Palabra de Dios es una lámpara para nuestros pies y una luz para nuestra senda. “En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti”. Salmos 119:11. El corazón que anhela la Palabra de Dios es fortalecido contra Satanás. Los que hacen de Cristo su compañero diario y su amigo personal sentirán que los poderes de un mundo invisible los rodean completamente, y mirando a Jesús llegarán a ser semejantes a su imagen. Contemplándolo llegan a ser transformados según el modelo divino; su carácter es enternecido, refinado y ennoblecido para el reino celestial.—Testimonies for the Church 4:616 (1881). 1MCP 330.2