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La religión pura da serenidad, restauración y fortaleza 1MCP 41

La religión pura y sin mácula no es un mero sentimiento, sino la realización de obras de misericordia y amor. Esta religión es necesaria para la salud y la felicidad. Entra en nuestras almas contaminadas y con un látigo echa a los intrusos pecaminosos, y ocupa el trono, consagrando todo con su presencia, iluminando el corazón con los brillantes rayos del Sol de Justicia. Abre las ventanas del alma hacia el cielo, permitiendo entrar la luz del sol del amor de Dios. Con ella entran la paz y la compostura. Aumentan nuestra fortaleza física, mental y espiritual, porque la atmósfera del cielo, como un agente viviente y activo, llena el alma. Cristo se constituye en nuestra esperanza de gloria.—The Review and Herald, 15 de octubre de 1901; El Ministerio de la Bondad, 42. 1MCP 41.2