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La censura contínua confunde al niño 1MCP 352

El cielo ve en el niño al hombre o a la mujer no desarrollado, con capacidades y facultades que, si son guiadas correctamente y desarrolladas con sabiduría celestial, llegarán a ser agentes humanos a través de los cuales las influencias divinas pueden cooperar para ser colaboradores con Dios. Las palabras ásperas y la censura continua confunden al niño pero nunca lo reforman. Contenga ese regaño; mantenga su propio espíritu bajo la disciplina de Jesucristo; entonces aprenderá a tener compasión y bondad con los que han sido puestos bajo su influencia. No exhiba impaciencia o aspereza, porque si estos niños no necesitaran educación, no necesitarían las ventajas de la escuela. Han de ser conducidos por la escalera del progreso con paciencia, bondad y amor, subiendo escalón tras escalón en la obtención del conocimiento.—Fundamentals of Christian Education, 263 (1893). 1MCP 352.2