En el aula se ha colocado ineludiblemente el fundamento de diversas enfermedades. Pero en especial el órgano más delicado de todos, el cerebro, con frecuencia ha sido dañado permanentemente por habérselo sometido a una ejercitación excesiva [...]. Y en esta forma se ha sacrificado la vida de muchos niños a causa del proceder de madres ambiciosas. De los niños que al parecer han tenido una constitución lo suficientemente fuerte como para sobrevivir a esas condiciones, hay muchísimos que soportan sus efectos durante toda la vida. La energía nerviosa del cerebro se debilita tanto, que después de llegar a la madurez es imposible para ellos soportar mucho trabajo mental. Parecería que se ha agotado la fuerza de algunos de los delicados órganos del cerebro. 1MCP 73.5
Y no solo se ha dañado la salud física y mental de los niños por habérselos enviado a la escuela a una edad demasiado tierna, sino que también han salido perdedores desde el punto de vista moral.—Mensajes Selectos 2:500, 501 (1865). 1MCP 74.1