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La obra de Cristo es sanar a los quebrantados de corazón 1MCP 77

El poder sanador de Dios se hace sentir en toda la naturaleza. Si se corta un árbol, si un ser humano se lastima o se rompe un hueso, la naturaleza empieza inmediatamente a reparar el daño. Aun antes de que exista la necesidad, están listos los elementos sanadores, y tan pronto como se lastima una parte, todas las energías se dedican a la obra de restauración. Lo mismo ocurre en el reino espiritual. Antes de que el pecado creara la necesidad, Dios había provisto el remedio. Toda alma que cede a la tentación, es herida por el adversario, pero dondequiera que haya pecado, está el Salvador. Es obra de Cristo “sanar a los quebrantados de corazón, a pregonar libertad a los cautivos [...] poner en libertad a los oprimidos”. Lucas 4:18.—La Educación, 113 (1903). 1MCP 77.2