No debemos entrar en controversia con quienes sustentan teorías falsas. La controversia es inútil. Cristo nunca entró en discusiones. El arma empleada por el Redentor del mundo fue: “Escrito está”. Adhirámonos a la Palabra. Dejemos que el Señor Jesús y sus mensajeros den testimonio. Sabemos que su testimonio es verdadero.—Notas Biográficas de Elena G. de White, 101 (1915). 2MCP 145.4