Go to full page →

Conducción positiva del hogar 2MCP 148

Nadie tiene derecho a ensombrecer la felicidad de sus hijos mediante la crítica o una severa censura por faltas insignificantes. Los verdaderos errores deben ser presentados tan pecaminosos como realmente son, y debe seguirse una conducta firme y decidida para evitar que reaparezcan. Sin embargo, no debe dejarse a los hijos en un estado falto de esperanza, sino con cierto grado de ánimo para que puedan mejorar y ganar su confianza y aprobación. Los hijos quizá deseen hacer lo correcto, quizá se propongan en su corazón ser obedientes, pero necesitan ayuda y ánimo.—Conducción del Niño, 261 (1884). 2MCP 148.2