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La fe tiene que expresarse 2MCP 179

Si manifestáramos más nuestra fe, si nos regocijáramos más en las bendiciones que ahora tenemos—la gran misericordia, la paciencia y el amor de Dios—cada día tendríamos más fuerza. ¿No poseen acaso las preciosas palabras pronunciadas por Cristo, el Príncipe de Dios, una seguridad y un poder que deberían ejercer gran influencia en nosotros, para hacernos creer que nuestro Padre celestial está más deseoso de dar su Espíritu Santo a quienes se lo piden de lo que los padres están para conceder buenas dádivas a sus hijos?—Mensajes Selectos 2:278 (1892). 2MCP 179.3