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La mente entregada a un descanso reparador 2MCP 28

Debemos dedicar más tiempo a orar humilde y fervientemente a Dios para pedirle sabiduría con el fin de educar a nuestros hijos en el conocimiento del Señor. La salud de la mente depende de la salud del cuerpo. Como padres cristianos, estamos en la obligación de educar a nuestros hijos con respecto a las leyes de la vida. 2MCP 28.6

En Cristo obtendrán fortaleza y esperanza, y no serán perturbados por los inquietos deseos de algo que divierta la mente y satisfaga el corazón. Habrán encontrado la perla de gran precio, y la mente hallará un descanso pacificador. Sus placeres serán puros, elevados, de carácter celestial. No tendrán reflexiones penosas ni remordimientos. Tales placeres no debilitan el cuerpo ni postran la mente; por el contrario, dan salud y vigor a ambos.. 2MCP 29.1

Los habitantes del cielo son perfectos, porque la voluntad de Dios es su alegría y su supremo deleite.—Appeal to Mothers, 20-27. 2MCP 29.2