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La masturbación y la imaginación 2MCP 233

Cuando las personas se han vuelto adictas al hábito del abuso de sí mismas [masturbación], es imposible despertar sus sensibilidades morales para que aprecien las cosas eternas o disfruten de los ejercicios espirituales. Los pensamientos impuros se apoderan de la imaginación y la controlan fascinando la mente, a lo que sigue un deseo casi incontrolable de llevar a cabo actos impuros. Si se educara la mente para que contemplara temas elevadores, si se adiestrara la imaginación para que reflexionara acerca de cosas puras y santas, se fortalecería contra esta complacencia terrible, depravadora, y destructora del alma y el cuerpo. Por medio del adiestramiento se acostumbraría a meditar en lo elevado, lo celestial, lo puro y lo sagrado, y no sería atraída por esta complacencia depravada, corrompida y vil.—Testimonies for the Church 2:470 (1870). 2MCP 233.5