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Capacidad para soportar la indiferencia 2MCP 274

El alma que ama a Dios se eleva por encima de la neblina de la duda; obtiene un conocimiento experimental brillante, amplio, profundo y viviente, y se vuelve humilde y semejante a Cristo. El que confía su alma a Dios, está oculto con Cristo en Dios. Podrá sufrir la prueba de la indiferencia, los ultrajes y el desprecio, porque su Salvador sufrió todo eso. No llegará a estar malhumorado y desanimado cuando lo opriman las dificultades, porque Jesús no fracasó ni llegó a desanimarse. Cada verdadero cristiano será fuerte no con la fortaleza ni los méritos de sus buenas obras, sino en la justicia de Cristo que le es imputada por medio de la fe. Es algo grande ser humilde y manso de corazón, ser puro e incontaminado como lo fue el Príncipe del cielo cuando anduvo entre los hombres.—Comentario Bíblico Adventista 7:919 (1889). 2MCP 274.3