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Recordemos la fragilidad humana 2MCP 430

En nuestro trato con el prójimo tenemos que considerar que ellos tienen las mismas pasiones que nosotros, que sienten idénticas debilidades y sufren de iguales tentaciones. Ellos, como nosotros, tienen que luchar con la vida para mantener su integridad [...]. La verdadera cortesía cristiana une y perfecciona; la justicia y la cortesía, la misericordia y el amor forman los sentimientos, dándole al carácter los toques más delicados y los encantos más agraciados.—Nuestra Elavada Vocacion, 238 (1870). 2MCP 430.3