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El temor no alivia el alma 2MCP 123

Debemos tener una clara comprensión del evangelio. La vida religiosa no es sombría ni triste, sino llena de paz y gozo, rodeada de una dignidad como la de Cristo y de una santa solemnidad. Nuestro Salvador no nos estimula a que abriguemos dudas, temores y presentimientos perturbadores; estos sentimientos no proporcionan alivio al alma, y por lo tanto tienen que ser rechazados, y de ninguna manera encomiados. Podemos disfrutar de un gozo inefable y estar llenos de gloria.—El Evangelismo, 135 (1888). 2MCP 123.1