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Creación de Lucifer VAAn 28

Dios lo creó [a Lucifer] bueno y hermoso y, en todo lo posible, a su propia semejanza.—The Review and Herald, 24 de septiembre de 1901. VAAn 28.4

Dios lo creó [a Lucifer] noble, ricamente dotado. Lo colocó en una posición de elevada responsabilidad. No requirió de él algo que fuera irrazonable. Debía administrar el cargo dado por Dios con mansedumbre y devoción, y promover la gloria a Dios, quien lo había coronado de gloria, belleza y encanto.—Sabbath-School Worker, 1 de marzo de 1893. VAAn 28.5

Aunque Dios había creado a Lucifer noble y hermoso, y le había dado un alto honor entre la hueste angélica, no lo había colocado fuera de la posibilidad del mal. Estaba dentro de las posibilidades de Satanás*En ocasiones, Elena de White usó la “prolepsis”, una figura literaria que permite hablar de asuntos futuros como si ya hubieran sucedido. En este caso, ella se refiere a Lucifer como “Satanás”, aun cuando la rebelión no había ocurrido. elegir hacer el mal y pervertir sus dones.—The Spirit of Prophecy 4:317. VAAn 29.1