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Capítulo 18—No usaba argumentos complicados VEUC 108

Su enseñanza era al punto—Cristo difícilmente intentó alguna vez probar que la verdad, era verdad. Ilustraba la verdad en todas sus enseñanzas, y entonces, dejaba a sus oyentes en libertad, para aceptarla, o rechazarla, según su elección. No forzaba a nadie a creer. En el sermón del monte, instruyó a la gente en la piedad práctica, bosquejando en forma específica su deber. Hablaba de tal manera, que recomendaba la verdad a la conciencia. El poder manifestado por los discípulos, era revelado en la claridad y el fervor con que expresaban la verdad.—El Evangelismo, 129. VEUC 108.1

Conducía las mentes inquisitivas—El, [Cristo] no presentaba un gran volumen de verdad, para que fuera aceptada de una vez. El conducía las mentes inquisitivas de una verdad a otra, de lección en lección, abriendo la importancia de las Escrituras, según las iban pudiendo asimilar. De esta manera, debe revelarse en cada época, la verdad apropiada para ese tiempo, y esencial para el carácter y la vida.—The Review and Herald, 14 de octubre de 1890. VEUC 108.2

No reclamaba obediencia por medio de argumentos—Cristo vino al mundo, a sujetar a sí mismo toda resistencia y autoridad, pero no reclamó obediencia, mediante la fuerza del argumento o la voz de mando; él iba haciendo bienes, y enseñando a sus seguidores, las cosas pertenecientes a su paz.—Testimonies for the Church 4:139. VEUC 109.1