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Capítulo 29—Peligro de los aplausos 3TS 137

Algunos ministros capaces que están ahora predicando la verdad presente, aman la aprobación. El aplauso los estimula como el vaso de vino al bebedor. Colocad a estos ministros donde tengan una congregación pequeña que no prometa excitación especial, ni provoque oposición definida, y perderán su interés y celo y parecerán tan lánguidos en la obra como el bebedor cuando está privado de su trago. Estos hombres no llegarán a ser obreros verdaderos y prácticos hasta que hayan aprendido a trabajar sin la excitación del aplauso. 3TS 137.1