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Jesús ante Pilato HR 224

Desde el mismo principio Pilato se convenció de que Jesús no era un hombre ordinario. Creía que era una persona excelente y totalmente inocente de lo que se lo acusaba. Los ángeles que contemplaban la escena notaron la convicción del gobernador romano, y para salvarlo de comprometerse en el terrible acto de entregar a Jesús para ser crucificado un ángel fue enviado a la esposa de Pilato y le dio información por medio de un sueño de que el juicio en que su esposo estaba participando era el del Hijo de Dios, y que era inocente. Inmediatamente ella le envió un mensaje para declarar que había sufrido mucho en sueños con respecto a Jesús, y para advertirle que no tuviera nada que ver con ese santo. El mensajero, abriéndose paso apresuradamente entre la multitud, puso la carta en manos de Pilato. Al leerla, éste tembló y se puso pálido, y decidió inmediatamente no tener nada que ver con enviar a Cristo a la muerte. Si los judíos querían la sangre de Jesús, él no prestaría su influencia para que lo lograran; al contrario, trataría de librarlo. HR 224.2