1 Por lo tanto, no tienes excusa, oh hombre, no importa quién seas tú que juzgas; porque en lo que juzgas a otro, te condenas a ti mismo, pues tú que juzgas haces lo mismo. RVa — Romanos 2:1
2 Pero sabemos que el juicio de Dios es según verdad contra los que practican tales cosas. RVa — Romanos 2:2
3 Oh hombre que juzgas a los que practican tales cosas y haces lo mismo, ¿supones que escaparás del juicio de Dios? RVa — Romanos 2:3
4 ¿O menosprecias las riquezas de su bondad, paciencia y magnanimidad, ignorando que la bondad de Dios te guía al arrepentimiento? RVa — Romanos 2:4
5 Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, acumulas sobre ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios. RVa — Romanos 2:5
6 El recompensará a cada uno conforme a sus obras: RVa — Romanos 2:6
7 vida eterna a los que por su perseverancia en las buenas obras buscan gloria, honra e incorrupción; RVa — Romanos 2:7
8 pero enojo e ira a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia; RVa — Romanos 2:8
9 tribulación y angustia sobre toda persona que hace lo malo (el judío primero, y también el griego); RVa — Romanos 2:9
10 pero gloria, honra y paz a cada uno que hace el bien (al judío primero y también al griego). RVa — Romanos 2:10
11 Pues no hay distinción de personas delante de Dios. RVa — Romanos 2:11
12 Así que todos los que pecaron sin la ley, sin la ley también perecerán; y todos los que pecaron teniendo la ley, por la ley serán juzgados. RVa — Romanos 2:12
13 Porque no son los oidores de la ley los que son justos delante de Dios, sino que los hacedores de la ley serán justificados. RVa — Romanos 2:13
14 Porque cuando los gentiles que no tienen ley practican por naturaleza el contenido de la ley, aunque no tienen ley, son ley para sí mismos. RVa — Romanos 2:14
15 Ellos muestran la obra de la ley escrita en sus corazones, mientras que su conciencia concuerda en su testimonio; y sus razonamientos se acusan o se excusan unos a otros, RVa — Romanos 2:15
16 en el día en que, conforme a mi evangelio, Dios juzgue los secretos de los hombres, por medio de Cristo Jesús. RVa — Romanos 2:16
17 He aquí, tú tienes nombre de ser judío, te apoyas en la ley y te glorías en Dios. RVa — Romanos 2:17
18 Tú conoces su voluntad y apruebas lo que más vale, porque estás instruido en la ley. RVa — Romanos 2:18
19 Tú estás persuadido de que eres guía de los ciegos, luz de los que están en tinieblas, RVa — Romanos 2:19
20 instructor de los que no saben, maestro de niños, teniendo en la ley la completa expresión del conocimiento y de la verdad. RVa — Romanos 2:20
21 Tú, pues, que enseñas a otro, ¿no te enseñas a ti mismo? Tú que predicas contra el robo, ¿robas? RVa — Romanos 2:21
22 Tú que hablas contra el adulterio, ¿cometes adulterio? Tú que abominas a los ídolos, ¿cometes sacrilegio? RVa — Romanos 2:22
23 Tú que te jactas en la ley, ¿deshonras a Dios con la infracción de la ley? RVa — Romanos 2:23
24 Porque como está escrito: El nombre de Dios es blasfemado por causa de vosotros entre los gentiles. RVa — Romanos 2:24
25 Porque la circuncisión aprovecha en verdad, si guardas la ley; pero si eres transgresor de la ley, tu circuncisión ha llegado a ser incircuncisión. RVa — Romanos 2:25
26 De manera que, si el incircunciso cumple los justos preceptos de la ley, ¿su incircuncisión no será considerada como circuncisión? RVa — Romanos 2:26
27 El que físicamente es incircunciso pero guarda completamente la ley, te juzgará a ti, que con la letra y con la circuncisión eres transgresor de la ley. RVa — Romanos 2:27
28 Porque no es judío el que lo es en lo visible, ni es la circuncisión la visible en la carne; RVa — Romanos 2:28
29 sino más bien, es judío el que lo es en lo íntimo, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu y no en la letra. La alabanza del tal no proviene de los hombres, sino de Dios. RVa — Romanos 2:29