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Capítulo 13—Alimento para la mente 1MCP89 110

Uso sabio versus abuso—Dios nos concede talentos para que los aprovechemos sabiamente, no para que abusemos de ellos. La educación es tan sólo una preparación para las facultades físicas, intelectuales y morales para el mejor cumplimiento de todos los deberes de la vida. La lectura impropia imparte una educación falsa. El poder de resistencia, la fuerza y actividad del cerebro pueden ser reducidos o aumentados de acuerdo con la manera en que se emplean.—Joyas de los Testimonios 1:571 (1880). 1MCP89 110.1

Alimento saludable para la mente—La lectura pura y saludable será a la mente lo que el alimento saludable es al cuerpo. De ese modo llegaréis a ser más fuertes para resistir la tentación, formar hábitos correctos y obrar de acuerdo con principios rectos.—The Review and Herald, 26 de diciembre de 1882; Hijos e Hijas de Dios, 180. 1MCP89 110.2

Guardar las avenidas del alma—Tenemos, sin embargo, algo que hacer para resistir a la tentación. Los que no quieren ser víctimas de los ardides de Satanás deben custodiar cuidadosamente las avenidas del alma; deben abstenerse de leer, ver u oír cuanto sugiera pensamientos impuros. No se debe dejar que la mente se espacie al azar en todos los temas que sugiera el adversario de las almas. Dice el apóstol Pedro: “Por lo cual, teniendo los lomos de vuestro entendimiento ceñidos... no conformándoos con los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; sino como aquel que os ha llamado es santo, sed también vosotros santos en toda conversación”. 1 Pedro 1:13-15. 1MCP89 110.3

Pablo dice: “Todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay alguna virtud, si alguna alabanza, en esto pensad”. Filipenses 4:8. Esto requerirá ferviente oración y vigilancia incesante. Habrá de ayudarnos la influencia permanente del Espíritu Santo, que atraerá la mente hacia arriba y la habituará a pensar sólo en cosas santas y puras. Debemos estudiar diligentemente la Palabra de Dios. “¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra”, dice el salmista y añade: “En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti”. Salmos 119:9, 11.—Historia de los Patriarcas y Profetas, 492 (1890). 1MCP89 111.1

El carácter se revela por la elección de la lectura—La naturaleza de la experiencia religiosa de una persona se revela por el carácter de los libros que escoge para leer en los momentos desocupados. Para tener un estado mental sano y principios religiosos firmes, los jóvenes deben vivir en comunión con Dios mediante su Palabra. Al señalar el camino de la salvación por medio de Cristo, La Biblia es nuestro guía hacia una vida más elevada y mejor. Contiene la historia y las biografías más interesantes e instructivas que se hayan escrito. Los que no han pervertido su imaginación con la lectura de novelas, hallarán que la Biblia es el más interesante de los libros.—The Youth’s Instructor, 9 de octubre de 1902; Mensajes para los Jóvenes, 271. 1MCP89 111.2

Algunos libros confunden la mente—Muchos de los libros apilados en las grandes bibliotecas de la tierra confunden la mente más de lo que ayudan a la comprensión. Y sin embargo, los hombres gastan grandes sumas de dinero para comprar tales libros, y años en su estudio, cuando tienen a su alcance un Libro que contiene las palabras del Alfa y la Omega de la sabiduría. El tiempo gastado en el estudio de estos libros podría ser mejor aprovechado en obtener un conocimiento del que es vida eterna si lo conocemos bien. Sólo los que obtienen este conocimiento oirán al fin las palabras: “Vosotros estáis completos en él”. Colosenses 2:10.—Words of Counsel (folleto), 1903; Counsels on Health, 369. 1MCP89 111.3

Entendimiento confundido—Cuando se pone a un lado la Palabra de Dios, por libros que apartan del Señor y confunden el entendimiento acerca de los principios del reino de los cielos, la educación impartida es una perversión del vocablo. A menos que el estudiante reciba alimento mental puro, cabalmente limpio de todo lo que se llama “educación superior” y está impregnado de incredulidad, no puede conocer verdaderamente a Dios. Únicamente los que cooperan con el cielo en el plan de salvación, pueden saber lo que significa en su sencillez la verdadera educación.—Consejos para los Maestros Padres y Alumnos, 16, 17, 16 (1913). 1MCP89 112.1

Poder despótico de autores incrédulos (palabras del ángel instructor)—Las inteligencias humanas quedan con facilidad fascinadas por los engaños de Satanás, y estas obras producen desagrado por el estudio de la Palabra de Dios, la cual, si se la recibe y aprecia, asegura la vida eterna. Vosotros sois seres sujetos a hábitos, y debéis recordar que los hábitos correctos son bendiciones tanto en sus efectos sobre vuestro carácter como en su influencia benéfica sobre los demás; empero los malos hábitos, una vez establecidos, ejercen un poder despótico y esclavizan las inteligencias. Si nunca hubierais leído una sola palabra en estos libros, seríais hoy mucho más capaces de comprender el Libro más digno de ser estudiado y que da las únicas ideas correctas sobre educación.—Joyas de los Testimonios 2:429 (1900). 1MCP89 112.2

La lectura superficial produce una imaginación enferma—A muchos de nuestros jóvenes el Señor ha dotado con facultades superiores. Les ha dado los mejores talentos; pero sus facultades han sido embotadas, sus mentes confundidas y debilitadas, y por años no han crecido en la gracia y en el conocimiento de las razones de nuestra fe, porque han complacido su gusto de leer cuentos. Tienen tanta dificultad de controlar el apetito de esas lecturas superficiales como el ebrio lo tiene para controlar su deseo de bebidas intoxicantes. 1MCP89 112.3

Ellos podrían estar relacionados con nuestras casas editoras y ser obreros eficientes en la contabilidad, la redacción o la corrección de pruebas; pero sus talentos se han pervertido al punto de ser dispépticos mentales, y en consecuencia, incapacitados para cargos de responsabilidad en cualquier parte. La imaginación está enferma. Viven una vida irreal. Están incapacitados para los deberes prácticos de la vida; y lo que es más triste y desalentador es que han perdido todo gusto por lectura sólida. 1MCP89 113.1

Se han apasionado y encantado con alimentos para la mente tales como el excitante cuento contenido en La cabaña del tío Tom. Ese libro hizo bien en su día a los que necesitaban despertarse con respecto a sus falsas ideas de la esclavitud; pero estamos en la misma frontera del mundo eterno, donde tales cuentos no se necesitan en la preparación para la vida eterna.—Testimonies for the Church 5:518, 519 (1889). 1MCP89 113.2

Libros que debilitan la mente—Las novelas de amor y las historias frívolas y excitantes constituyen otra clase de libros que son una maldición para todo lector. Puede el autor insertar una buena moraleja, puede también entremezclar en su obra sentimientos religiosos. Sin embargo, en la mayoría de los casos, es Satanás que se disfraza de ángel de luz para engañar y seducir con más facilidad. El espíritu es afectado en gran medida por las cosas de que se nutre. Los lectores de las historias frívolas o excitantes se vuelven incapaces de cumplir los deberes que les incumben. Viven en lo irreal, y no tienen el menor deseo de escudriñar las Escrituras para nutrirse del maná celestial. Su mente se debilita y pierde su facultad de considerar los grandes problemas del deber y del destino.—Joyas de los Testimonios 3:165 (1902). 1MCP89 113.3

La ficción y los pensamientos sensuales—El alimento mental que le gusta es contaminador en sus efectos y conduce a pensamientos impuros y sensuales. He sentido sincera lástima por estas almas al considerar todo lo que pierden por descuidar las oportunidades de obtener el conocimiento de Cristo, en quien se concentran nuestras esperanzas de vida eterna. Cuanto tiempo precioso se malgasta, que podría ser dedicado al estudio del Modelo de la verdadera bondad.—Mensajes para los Jóvenes, 278 (1880). 1MCP89 114.1

La mente se hundirá en la imbecilidad (palabras de advertencia a una ama de casa inválida)—Durante años su mente ha sido como un arroyo susurrante casi lleno de rocas y malezas, cuya agua se desperdicia. Si sus facultades estuviesen controladas por propósitos elevados no sería inválida como es ahora. Se le antoja que sus caprichosos apetitos deben ser complacidos, así como su deseo de leer excesivamente. 1MCP89 114.2

Vi arder la lámpara a la medianoche en su pieza mientras usted leía alguna historia fascinante, aguijando así su ya sobreexcitado cerebro. Esta conducta ha estado disminuyendo su vitalidad, y debilitándola física, mental y moralmente. La irregularidad ha causado desorden en su casa, y si esto continúa, hundirá su espíritu en la imbecilidad. Usted ha abusado del tiempo de gracia que Dios le concedió y lo ha despilfarrado.—Joyas de los Testimonios 1:571 (1880). 1MCP89 114.3

Ebrios mentales—Los lectores de cuentos frívolos y excitantes se incapacitan para los deberes de la vida práctica. Viven en un mundo irreal. He observado a niños a quienes se había permitido hacer una práctica de la lectura de tales historias. En su casa o fuera de ella, estaban agitados, sumidos en ensueños y no eran capaces de conversar sino sobre los asuntos más comunes. La conversación y el pensamiento religiosos eran completamente ajenos a su mente. Al cultivar el apetito por las historias sensacionales, se pervirtió el gusto mental, y la mente no queda satisfecha a menos que se la alimente con este alimento malsano. No puedo pensar en un nombre más adecuado para los que se dedican a tales lecturas que el de ebrios mentales. Los hábitos intemperantes en la lectura tienen sobre el cerebro el mismo efecto que los hábitos intemperantes en el comer y beber tienen sobre el cuerpo.—Consejos para los Maestros Padres y Alumnos, 127; 104 (1913). 1MCP89 114.4

Complacencia excesiva que es pecado—La complacencia excesiva en el comer, el beber, el dormir o el mirar es pecado. El funcionamiento saludable y armonioso de todas las facultades del cuerpo y de la mente resulta en felicidad... Las facultades de la mente deberían ejercitarse en temas relacionados con nuestros intereses eternos. Esto favorecerá la salud del cuerpo y de la mente.—Testimonies for the Church 4:417 (1880). 1MCP89 115.1

El recargo de la mente—Al alumno que desea realizar en un año el trabajo de dos años, no se le debe permitir salir con la suya. Pretender realizar un doble trabajo significa, para muchos, recargar en exceso la mente y descuidar el ejercicio físico. No es razonable suponer que la mente puede asimilar una provisión excesiva de alimento mental; y recargar la mente es un pecado tan grande como recargar los órganos digestivos.—Consejos para los Maestros Padres y Alumnos, 282; 227 (1913). 1MCP89 115.2

Investigar también el alimento de las conversaciones—Es lo mejor para cada alma investigar cuidadosamente qué alimento mental se le ofrece para comer. Cuando los que viven para hablar vienen a usted, armados y equipados para decir: “Cuenten y nosotros lo contaremos”, deténgase y piense si la conversación dará ayuda espiritual, eficiencia espiritual, para que en comunicación espiritual pueda usted comer la carne y beber la sangre del Hijo de Dios. “Acercándose a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa”. 1 Pedro 2:4. Estas palabras expresan mucho. 1MCP89 115.3

No hemos de ser charlatanes, o chismosos, o cuenteros; no hemos de dar falso testimonio. Dios nos prohibe ocuparnos en conversaciones frívolas o necias, en hacer chistes o bromas, o en hablar palabras vanas. Hemos de dar cuenta a Dios de lo que decimos. Seremos llevados a juicio por nuestras palabras apresuradas que no hacen bien ni al que habla ni al que oye. Hablemos todos palabras que tiendan a la edificación. Recuerde que usted tiene valor ante Dios. No permitan que conversaciones vulgares o necias, o principios equivocados constituyan su experiencia cristiana.—Fundamentals of Christian Education, 458 (1897). 1MCP89 116.1

Una mujer cuya visión pervirtió el corazón—La Hna.______, aunque posee excelentes cualidades naturales, está siendo alejada de Dios por sus amigos y parientes incrédulos, quienes no aman la verdad ni tienen simpatía por el sacrificio y la negación propia que debe hacerse por amor a la verdad. La Hna._____ no ha sentido la importancia de separarse del mundo, como ordena el mandato de Dios. La visión de sus ojos y la audición de sus oídos han pervertido su corazón.—Testimonies for the Church 4:108 (1876). 1MCP89 116.2

Sonidos, espectáculos e influencias que desmoralizan—Tenéis motivos por experimentar profunda solicitud por vuestros hijos, quienes han de hacer frente a tentaciones a cada paso que den hacia adelante. Les resulta imposible evitar el trato con malas compañías... Ven espectáculos, oyen sonidos y están sujetos a influencias que tienden a desmoralizarlos y que, a menos que estén cabalmente guardados, lograrán imperceptible pero seguramente corromperles el corazón y deformar su carácter.—El hogar adventista, 369 (1894). 1MCP89 116.3

Algunas asociaciones son como veneno lento—Si mi voz pudiera llegar a los padres por todo el país les advertiría que no cedieran a los deseos de sus hijos en la elección de sus compañeros o asociados. Poco se dan cuenta los padres que los jóvenes aceptan mucho más fácilmente las impresiones perjudiciales que las impresiones divinas; por lo tanto sus asociaciones deberían ser las más favorables para el crecimiento de la gracia y para que la verdad revelada en la Palabra de Dios se establezca en su corazón. 1MCP89 116.4

Si los niños están con aquellos cuyas conversaciones tratan de cosas sin importancia y terrenales, sus mentes bajarán a ese mismo nivel. Si oyen burlas acerca de los principios de la religión y se menosprecia nuestra fe, si se dejan caer en sus oídos objeciones sutiles a la verdad, estas cosas se fijarán en sus mentes y moldearán sus carácteres. 1MCP89 117.1

Si sus mentes se llenan con cuentos, sean verdaderos o ficticios, no hay lugar para la información útil y el conocimiento científico que debiera ocuparlos. ¡Qué desastres ha producido este amor por las lecturas livianas en las mentes! Ha destruido los principios de la sinceridad y la verdadera piedad, que es el fundamento de un carácter simétrico. Es como un veneno lento que entra al sistema, que más temprano o más tarde revelará sus amargos efectos. Cuando se deja una impresión equivocada en la mente de un joven, se hace una marca, no en la arena, sino en la roca perdurable.—Testimonies for the Church 5:544, 545 (1889). 1MCP89 117.2

Los ojos fijos en Cristo—Cuando Cristo tomó sobre sí la naturaleza humana, unió a la humanidad consigo mismo con un lazo de amor que jamás romperá poder alguno, salvo la elección del hombre mismo. Constantemente Satanás nos presenta engaños para inducirnos a romper este lazo, para elegir separanos de Cristo. Sobre esto necesitamos velar, luchar, orar, para que ninguna cosa pueda inducirnos a elegir otro señor; pues estamos siempre libres para hacer esto. Mas tengamos los ojos fijos en Cristo, y El nos preservará. Mirando a Jesús estamos seguros. Nada puede arrebatarnos de su mano. Mirándolo constantemente, “somos transformados en la misma semejanza, de gloria en gloria, así como por el Espíritu del Señor”. 2 Corintios 3:18.—El Camino a Cristo, 72. 1MCP89 117.3