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Fe y Obras - Contents
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    Hablar de la fe, vivir la fe, actuar por fe

    Ahora, hermanos, ustedes se han adiestrado de tal manera en dudas e interrogantes que tienen que educar sus almas en la línea de la fe. Tienen que hablar de la fe, vivir la fe, actuar por fe, para que puedan crecer en la fe. Ejercitando esa fe viviente, crecerán hasta ser hombres y mujeres fuertes en Cristo Jesús. Dios conceda que esta reunión que estamos celebrando pueda ser una reunión donde el Sol de justicia se levante sobre ustedes y brille en sus corazones con sus rayos más diáfanos, haciendo de todos ustedes luces en el mundo.FO 79.3

    Ustedes pueden ser exactamente lo que Cristo dijo que sus discípulos deberían ser: “La luz del mundo”. Mateo 5:14. Ustedes deberían esparcir a otros esa luz, esperanza y fe. No deben marchar en su servicio quejándose, como si El fuera un capataz duro que pone sobre ustedes cargas que no pueden llevar. Este no es el caso. El quiere que ustedes estén llenos de gozo, llenos de la bendición de Dios, a fin de que conozcan la longitud y la anchura y la altura y la profundidad del amor de Dios, que excede todo conocimiento. Cuando se menciona su nombre, El quiere que haga vibrar la cuerda tónica y sus corazones responderán. Entonces podrán ofrecer acción de gracias y gloria y honor y alabanza a Aquel que se sienta en el trono y al Cordero.FO 80.1

    Deberían aprender a cantar ese cántico aquí; y cuando sean transformados en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, sabrán exactamente dónde entonar el cántico de triunfo con los ángeles celestiales y con los santos redimidos. Hemos de hacer que las bóvedas celestiales resuenen entonces con alabanza y gloria. Pero hagamos que las bóvedas resuenen aquí. Despierte este lugar alabanza en sus corazones. Mientras están en esta tierra contemplen los árboles majestuosos, la alfombra de terciopelo verde, y permitan que la alabanza surja en sus corazones. Alaben a Dios porque tenemos el privilegio de estar en este mundo, hermoso como es. Nos dirigimos a un lugar mejor. Esta tierra va a ser purificada, fundida, y hecha sin pecado.FO 80.2

    ¿No tenemos todo lo necesario para que nuestras mentes estén dirigidas al cielo? ¿No tenemos todo lo necesario para hacernos salir de esta mundanalidad y sensualidad, esta charla barata y sin sentido, estas bromas y chanzas, este falso testimonio, charlatanería y suposiciones malignas? ¡Pongan todo eso a un lado! ¡Es una desgracia para la iglesia! La enferma y debilita.FO 80.3

    Sea nuestra conversación santa. Como Dios es santo en su esfera, seamos santos en la nuestra. Regocijémonos en el precioso Salvador, que murió para redimirnos, y reflejemos la gloria a Dios. Unámonos con el cielo en nuestras alabanzas aquí y unámonos a los cánticos de los ángeles celestiales en la ciudad de nuestro Dios.FO 81.1

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