«Back «Prev. Pub. «Ch «Pg Pg» Ch» Next Pub.» Forward»
cooperar con Dios, poseyendo el dominio sobre todo hábito y práctica errados.—Manuscrito 16, 1902.
Mantened la obra de la reforma pro salud sobre el tapete; es el mensaje que se me ha dado para comunicar. Mostrad tan claramente el valor de la reforma pro salud, que se sienta una amplia necesidad de ella. Pero nunca aboguéis por una dieta de hambre. Es posible tener una alimentación saludable y nutritiva sin usar los alimentos de origen animal.—Carta 49, 1902.
Por inspiración del Espíritu de Dios, Pablo el apóstol escribe: “Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa [aún el acto natural de comer o beber, debiera hacerse, no para gratificar un apetito pervertido, sino bajo un sentir de responsabilidad], hacedlo todo para la gloria de Dios”. Debe vigilarse toda parte del hombre; debemos velar, no sea que lo que colocamos en el estómago borre de la mente pensamientos nobles y santos.
“¿No puedo hacer lo que me place?” pregunta alguien, como si estuviésemos tratando de privarlo de un gran bien cuando le presentamos la necesidad de comer en forma inteligente y de conformar sus hábitos a las leyes que Dios ha establecido. Hay derechos que pertenecen a todo individuo. Tenemos una individualidad y una identidad que nos pertenecen. Nadie puede sumergir esta identidad en la de otra persona. Todos deben actuar individualmente, de acuerdo con los dictados de su propia conciencia.
En lo que se refiere a nuestra responsabilidad e influencia, somos responsables ante Dios al derivar nuestra vida de