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Primeros Escritos - Contents
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    El tiempo de reunión

    El 23 de septiembre, el Señor me mostró que había extendido la mano por segunda vez para recobrar el residuo de su pueblo,1[Véase la página 86] y que mientras se reune la mies había que duplicar los esfuerzos. En la dispersión, Israel fué herido y desgarrado, pero ahora, en el tiempo de reunión, Dios sanará y vendará a su pueblo. En la dispersión, los esfuerzos hechos por difundir la verdad tuvieron poco efecto; lograron poco resultado o ninguno; pero en la reunión, cuando Dios extienda su mano para juntar a su pueblo, los esfuerzos hechos por difundir la verdad tendrán el efecto asignado. Todos deben estar unidos y manifestar celo en la obra. Vi que es erróneo de parte de cualquiera referirse a la dispersión para encontrar ejemplos que nos gobiernen ahora en el tiempo de reunión; porque si Dios no hiciese más para nosotros ahora de lo que hizo entonces, Israel no sería reunido jamás. He visto que el diagrama de 1843 fué dirigido por la mano del Señor, y que no debe ser alterado; que las cifras eran como él las quería; que su mano cubrió y ocultó una equivocación en algunas de las cifras, para que nadie pudiese verla, hasta que la mano de Dios se apartase.2[Esto se aplica al cartel que contenía el diagrama usado durante el movimiento de 1843, y se refiere especialmente al cálculo de los períodos proféticos tal cual aparecía en aquel cartel. La frase subsiguiente explica que había una inexactitud tolerada por la providencia de Dios. Esto no prohibía que se publicase después un diagrama que corrigiese la equivocación, una vez que hubo terminado el movimiento de 1843 y el primer cálculo hubo cumplido su misión.]PE 74.1

    Entonces vi en relación con el “continuo” (Daniel 8:12) que la palabra “sacrificio” había sido provista por la sabiduría humana, y no pertenece al texto, y que el Señor dió el sentido correcto a los que proclamaron que había llegado la hora del juicio. Mientras existió la unión, antes de 1844, casi todos aceptaban la opinión correcta acerca del “continuo”; pero en la confusión reinante desde 1844 se han aceptado otras opiniones, y como consecuencia han entrado tinieblas y confusión. La cuestión de las fechas no ha sido una prueba desde 1844, y nunca volverá a ser una prueba.PE 74.2

    El Señor me ha mostrado que el mensaje del tercer ángel debe progresar y ser proclamado a los hijos dispersos de Dios, pero no debe depender de una fecha. Vi que algunos están creando una excitación falsa al predicar fijando fechas; pero el mensaje del tercer ángel es más poderoso de lo que puede serlo una fecha. Vi que este mensaje puede subsistir sobre su propio fundamento y no necesita ser reforzado con fechas; que irá adelante con gran poder, hará su obra y será abreviado en justicia.PE 75.1

    Luego me fueron señalados algunos que están en gran error al creer que tienen el deber de ir a la vieja Jerusalén, y piensan que tienen una obra que hacer allí antes que venga el Señor. Véase el Apéndice. Una opinión tal tiende a apartar la mente y el interés de la obra que actualmente hace el Señor bajo el mensaje del tercer ángel; porque los que piensan que todavía tienen que ir a Jerusalén fijarán sus pensamientos en esto, y privarán de sus recursos a la causa de la verdad presente para transportarse a sí mismos y llevar a otros allí. Vi que una misión tal no produciría ningún beneficio real, que se necesitaría mucho tiempo para conseguir que unos pocos judíos crean en el primer advenimiento de Cristo, y mucho más para que crean en el segundo advenimiento. Vi que Satanás engañó gravosamente a algunos con respecto a esto; y que en toda esta tierra hay almas que podrían recibir ayuda y ser inducidas a guardar los mandamientos de Dios, pero se las está dejando perecer. También vi que la vieja Jerusalén nunca será edificada; y que Satanás estaba haciendo cuanto podía para extraviar en estas cosas a los hijos del Señor ahora, en el tiempo de reunión, a fin de impedirles que dediquen todo su interés a la obra actual de Dios e inducirlos a descuidar la preparación necesaria para el día del Señor. PE 75.2

    *****

    Amado Lector: Un sentido de mi deber hacia mis hermanos y hermanas y un deseo de que la sangre de las almas no manche mis vestiduras me han impulsado a escribir esta obrita. Conozco la incredulidad que existe en el ánimo de la multitud con respecto a las visiones, y sé también que muchos de los que profesan esperar a Cristo y enseñan que vivimos en los “postreros días” las atribuyen a Satanás. Espero mucha oposición de parte de los tales, y si no hubiese considerado que el Señor me lo exigía, no habría publicado así mis visiones, puesto que inducirán probablemente a algunos a manifestar odio y ridículo. Pero temo a Dios más que al hombre.PE 76.1

    Cuando el Señor comenzó a darme mensajes para que los comunicase a su pueblo, me resultaba difícil declararlos, y a menudo los suavizaba tanto como me fuese posible por temor a agraviar a alguno. Fué para mí una gran prueba presentar los mensajes como el Señor me los daba. No me parecía estar obrando con tanta infidelidad y no vi el pecado y el peligro que encerraba una conducta tal, hasta que en visión fuí llevada a la presencia de Jesús. Me miró con ceño y desvió su rostro de mí. Es imposible describir el terror y la agonía que sentí entonces. Caí sobre mi rostro delante de él, pero no tenía fuerza para pronunciar una palabra. ¡Oh! ¡cuánto anhelaba verme protegida y ocultada de ese terrible ceño! Pude entonces comprender, en cierto grado, cuáles serán los sentimientos de los perdidos cuando digan “a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero.”PE 76.2

    Al rato un ángel me ordenó que me levantase, y difícilmente puede describirse la escena que vieron mis ojos. Me fué presentada una compañía que tenía los cabellos desgreñados y las vestiduras desgarradas y cuyos rostros eran un cuadro vivo de desesperación y horror. Se me acercaron y quitándose sus vestiduras las restregaron contra las mías. Miré mis ropas y vi que estaban manchadas de sangre, y que esa sangre estaba horadándolas. Nuevamente caí como muerta a los pies de mi ángel acompañante. No podía invocar una sola excusa. Mi lengua se negaba a hablar, y yo anhelaba estar lejos de un lugar tan santo. El ángel volvió a ponerme de pie y dijo: “Este no es tu caso ahora. Pero esta escena pasó delante de ti para hacerte saber cuál será tu situación si dejas de declarar a otros lo que el Señor te ha revelado. Pero si eres fiel hasta el fin, comerás del árbol de la vida y beberás del agua del río de la vida. Tendrás que sufrir mucho, pero te basta la gracia de Dios.” Estuve entonces dispuesta a hacer todo lo que el Señor requiriese de mí a fin de tener su aprobación y no sentir el peso de su terrible ceño.PE 77.1

    Se me ha acusado con frecuencia y falsamente de enseñar opiniones peculiares propias del espiritismo. Pero antes que el redactor del Day-Star diera con este engaño, el Señor me dió una visión de los efectos tristes y desoladores que producirían en la grey ese redactor y otros al enseñar tales opiniones espiritistas. He visto con frecuencia al amable Jesús, y sé que es una persona. Le pregunté si su Padre era una persona y tenía forma como él. Dijo Jesús: “Soy la imagen expresa de la persona de mi Padre.”Véase el Apéndice.PE 77.2

    He visto a menudo que la opinión espiritista quitaba toda la gloria del cielo, y que en muchos ánimos el trono de David y la hermosa persona de Jesús han sido consumidos en el fuego del espiritismo. He visto que algunos que han sido engañados y sumidos en este error serán puestos bajo la luz de la verdad, pero a ellos les resultará casi imposible librarse completamente del poder engañoso del espiritismo. Los tales deben confesar cabalmente sus errores y dejarlos para siempre.PE 77.3

    Recomiendo al amable lector la Palabra de Dios como regla de fe y práctica. Por esa Palabra hemos de ser juzgados. En ella Dios ha prometido dar visiones en los “postreros días”; no para tener una nueva norma de fe, sino para consolar a su pueblo, y para corregir a los que se apartan de la verdad bíblica. Así obró Dios con Pedro cuando estaba por enviarlo a predicar a los gentiles. (Hechos 10.)PE 78.1

    A los que hagan circular esta obrita, quiero decir que está destinada únicamente a los sinceros y no a aquellos que quisieran ridiculizar las cosas del Espíritu de Dios. PE 78.2

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