Loading...
Larger font
Smaller font
Copy
Print
Contents
Testimonios Acerca de Conducta Sexual, Adulterio y Divorcio - Contents
  • Results
  • Related
  • Featured
No results found for: "".
  • Weighted Relevancy
  • Content Sequence
  • Relevancy
  • Earliest First
  • Latest First
    Larger font
    Smaller font
    Copy
    Print
    Contents

    Capítulo 17—Masturbación

    Destrucción de las resoluciones elevadas y la vida espiritual—El vicio secreto es el destructor de las resoluciones elevadas, el esfuerzo ferviente y la fuerza de voluntad para formar el buen carácter religioso. Los que tienen una verdadera comprensión de lo que significa ser cristiano, saben que los seguidores de Cristo, como discípulos suyos, están en la obligación de dominar todas sus pasiones y colocar sus facultades físicas y mentales en perfecta sumisión a la voluntad de Cristo. Los que están dominados por sus pasiones, no pueden ser seguidores de Cristo. Están demasiado entregados al servicio de su maestro, el originador de todo mal, para dejar sus hábitos corruptos y escoger servir a Cristo.—AM 9, 10; Conducción del Niño, 418, 419.TCS 139.1

    Agotamiento de la energía vital—La práctica de hábitos secretos ciertamente destruye las fuerzas vitales del organismo. Toda acción innecesaria de algo vital será seguida por su correspondiente depresión. Entre los jóvenes, el capital vital—el cerebro—es tan severamente abrumado en los primeros años, que se produce una deficiencia y un gran agotamiento que acaba exponiendo al organismo a diversas enfermedades.TCS 139.2

    Fundamento de futuras enfermedades—Si la práctica continúa después de los 15 años, la naturaleza protestará contra el abuso que ha sufrido, continuará sufriendo, y les hará pagar el castigo por la transgresión de sus leyes, especialmente de los 30 a los 45 años, mediante numerosos dolores en el organismo y diversas enfermedades, como afecciones al hígado y los pulmones, neuralgia, reumatismo, afecciones a la columna vertebral, enfermedades de los riñones y tumores cancerosos. Una parte de la magnífica maquinaria de la naturaleza se resiente haciendo la tarea más pesada para el resto, lo que provoca un desorden en el excelente ajuste de la naturaleza y, con frecuencia, hay un súbito colapso del organismo y el resultado es la muerte.—AM 18; Conducción del Niño, 417.TCS 139.3

    Resultados de la masturbación—Las mujeres poseen menos fuerza vital que el sexo opuesto, y se hallan mucho más privadas del aire tonificante y vigorizador por tener que vivir dentro de casa. El resultado de la masturbación se manifiesta en diversas enfermedades como catarro, hidropesía, dolores de cabeza, pérdida de la memoria y la vista, gran debilidad en la espalda y hombros, afecciones a la columna vertebral y, a menudo, deterioro cerebral. Tumores cancerosos que se han mantenido latentes en el organismo por largo tiempo se inflaman y comienzan su obra consumidora y destructora. Frecuentemente, la mente se arruina totalmente, y sobreviene la locura”.*Véase el Apéndice A.An Appeal to Mothers, 27.TCS 140.1

    Pidió que se orara por su curación—Mi esposo y yo asistimos una vez a una reunión donde se despertó nuestra simpatía por un hermano que estaba gravemente afectado de tuberculosis. Estaba pálido y demacrado. Pidió las oraciones del pueblo de Dios. Dijo que su familia estaba enferma y que había perdido un hijo. Habló con sentimiento de su duelo. Dijo que había estado esperando durante algún tiempo ver a los hermanos White. Había creído que si oraban por él, sería sanado. Después de terminada la reunión, los hermanos nos llamaron la atención al caso. Confirmaron que la iglesia los estaba ayudando, que su esposa estaba enferma y que su hijo había muerto. Los hermanos se habían reunido en su hogar y se habían unido en oración por la familia afligida. Estábamos muy cansados, sentíamos que pesaba la carga del trabajo sobre nosotros durante la reunión y queríamos que se nos excusara. Yo había resuelto no orar por nadie, a menos que el Espíritu del Señor se manifestara en el asunto...TCS 140.2

    Esa noche nos postramos en oración y presentamos su caso delante del Señor. Suplicamos para que pudiéramos saber la voluntad de Dios acerca de él. Todo lo que deseábamos era que Dios pudiera ser glorificado. ¿Quería el Señor que orásemos por ese hombre afligido? Dejamos la carga con el Señor y nos retiramos a descansar. El caso me fue presentado claramente en un sueño. Me fue mostrado su proceder desde su niñez en adelante y que, si orábamos, el Señor no nos oiría pues ese hermano mantenía iniquidad en su corazón. A la mañana siguiente el hombre vino para que oráramos por él. Lo llevamos aparte y le dijimos que lo sentíamos, pero estábamos obligados a rehusar su pedido. Le conté mi sueño, que él reconoció como verdadero. Había practicado la masturbación desde su mocedad y había continuado practicándola durante su vida matrimonial, pero dijo que trataría de apartarse de ella. Este hombre tenía un hábito inveterado que vencer. Ya estaba en la edad madura de su vida. Sus principios morales estaban tan débiles que cuando entraron en conflicto con esa complacencia inveterada, fueron vencidos...TCS 141.1

    He aquí un hombre que se degradaba diariamente y, sin embargo, se atrevía a ir ante la presencia de Dios y pedir que le aumentara la fuerza que él había malgastado vilmente y que, si se le concedía, la usaría en su concupiscencia. ¡Qué tolerancia tiene Dios! Si él tratara a los hombres de acuerdo con sus caminos corruptos, ¿quién podría vivir ante su vista? ¿Qué habría sucedido si hubiéramos sido menos precavidos y hubiéramos presentado el caso de este hombre delante de Dios mientras practicaba la iniquidad? ¿Nos habría oído el Señor? ¿Habría contestado? “Porque tú no eres un Dios que se complace en la maldad; el malo no habitará junto a ti. Los insensatos no estarán delante de tus ojos; aborreces a todos los que hacen iniquidad”... Este no es un caso solitario. La relación matrimonial no fue suficiente para preservar a este hombre de los hábitos corruptos de su juventud. ¡Ojalá pudiera yo ser convencida de que son raros los casos como el que he presentado, pero sé que son frecuentes!—Testimonies for the Church 2:349-351; Conducción del Niño, 423, 424.TCS 141.2

    Larger font
    Smaller font
    Copy
    Print
    Contents