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Testimonios Acerca de Conducta Sexual, Adulterio y Divorcio - Contents
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    Capítulo 28—A un ministro influyente

    Un ministro en camino descendente—Pastor T, mi hermano y compañero de labor: Durante dos noches no he podido dormir muchas horas. A eso de las 2:00 ya estaba despierta, bajo el peso de una gran carga, y luego de dedicarme a la oración por algún tiempo, me puse a escribir.TCS 217.1

    Me fueron presentados su caso y el de muchos otros. Hace varios años que se me mostró que Ud. corre un gran peligro a causa de sus atenciones a otras mujeres aparte de su esposa. Ud. ha consentido sus propias inclinaciones en esa dirección, y aparece como culpable delante de Dios. La raíz de todo el problema reside en los pensamientos impúdicos que Ud. tiene, que conducen a atenciones y avances, y luego a acciones inconvenientes. Todo ello es suficientemente malo en hombres que se ocupan únicamente de las cosas comunes, pero es cien veces peor en quienes han aceptado un cometido sagrado.TCS 217.2

    En su misma presencia he hablado particularmente acerca de la importancia de abstenernos aun de la apariencia de mal. Ud. escuchó lo que presenté acerca de las tentaciones especiales del enemigo, pensando en despertar sus sentidos para que pusiera en su alma barricadas contra las tentaciones del enemigo. He escrito especialmente acerca de los peligros que corren los hombres jóvenes y los casados que demuestran especial atención a mujeres jóvenes y a las esposas de otros hombres. Cuando surcaba el océano rumbo a Europa, fui poderosamente impelida a redactar algunas advertencias específicas. Esto lo hice en su beneficio y el de otros. Tenía que ayudarlo a detener su curso descendente para que, con la fortaleza del Dios de Israel se sobrepusiera y fuera un hombre.TCS 217.3

    Pensamientos sensuales impiden el crecimiento espiritual—Me fue mostrado que, debido a las tentaciones, Ud. no puede levantar en alto manos limpias sin ira ni dudas. Sus pensamientos y acciones mundanos y sensuales mutilaron sus realizaciones e impidieron su crecimiento espiritual. Ud. está muy lejos de ser el hombre que Dios quiere que sea, porque sus pensamientos no son puros, sino manchados y corruptos. Me fueron mostradas algunas cosas que están abiertas al ojo que nunca se adormece.TCS 218.1

    En los libros del cielo está escrito—y dentro de poco se tomará una decisión sobre su caso—si su nombre será eliminado del libro de la vida o no. Ello sucederá con seguridad, a menos que Ud. se convierta, se humille delante de Dios, confiese sus pecados, se vuelva al Señor de todo corazón, y se purifique de todo pensamiento y acción impuros. El Testigo fiel dice: “Conozco tus obras”. No intente enseñar a la gente hasta que sea un hombre cambiado, hasta que, en humilde penitencia, busque al Señor con verdadera contrición y posea un nuevo corazón.TCS 218.2

    Fuertes intentos de Satanás para corromper a los ministros—Me fue mostrado que Satanás reforzará sus tentaciones con el fin de corromper a los ministros que enseñan las obligaciones de la Ley de Dios. Cuando él empaña la virtud, confunde el sentido de pureza y santidad, insinúa el mal a la mente y sugiere un plan para que los ministros pequen en pensamiento y en acción, entonces se destruyen las defensas. Se han separado de Dios; no cuentan con el poder y el Espíritu del Señor, y el mensaje sagrado de la verdad que comunican a la gente no cuenta con la bendición de Dios; la semilla no es regada, y el crecimiento no se lleva a cabo.TCS 218.3

    La concupiscencia como impedimento para enseñar la verdad—Lo que Ud. necesita, hermano, es un corazón puro y santo. Cese de una vez en sus intentos de enseñar la verdad hasta que sepa que, con la fortaleza de Dios Ud. puede dominar la concupiscencia. Si mientras profesaba ser un hijo de Dios, su mente hubiera sido habituada a espaciarse en Cristo, si se hubiera impuesto permanecer en Cristo, orar cuando viajaba en los trenes, cuando caminaba por la ciudad y por cualquier otro lugar, si hubiera controlado sus pensamientos, dirigiéndolos a lo que es puro y santo, yo no tendría que escribirle como lo estoy haciendo hoy. El Señor debería estar presente en todos sus pensamientos, pero esta obra ha sido extrañamente descuidada.TCS 219.1

    La obra del ministro no es ocupación común—Algunos de nuestros ministros, ocupados en el servicio activo, tienen conciencia de la importancia de la tarea, pero hay muchos que manejan la sagrada verdad como si estuvieran empeñados en una ocupación común cualquiera. Esos ministros no han sido refinados, ennoblecidos y santificados por la verdad. No han crecido gradualmente en la gracia y el conocimiento de Jesucristo. No tienen una fe verdadera, genuina porque no creen en la Palabra de Dios. No han avanzado de fortaleza en fortaleza.TCS 219.2

    No han crecido en capacidad, sino que han mantenido un nivel bajo de eficiencia. No se han constituido en hombres hábiles en las Escrituras, poderosos en Dios; no obstante, han tenido a su alcance todos los privilegios posibles. La causa de Dios no ha sido glorificada por el trabajo tímido, carente del Espíritu de Cristo. Estos hombres han causado un gran perjuicio a la obra. ¿Por qué? Porque su corazón no ha sido purificado. No poseen un corazón nuevo, limpio, sino uno que está abierto a las tentaciones de Satanás. Los tales no podrán conducir nunca a la gente a la fuente pura de agua viva. Pueden lograr que las personas lleguen a conocer las razones de nuestra fe, pero les es imposible realizar la obra que un verdadero pastor del rebaño debe hacer: “Apacentar la grey de Dios”...TCS 219.3

    El ministerio de la palabra es mejor que los argumentos—Debemos despertar a las responsabilidades que nos ha encomendado Dios. Nuestro adversario, el diablo, está intensamente activo, como un león rugiente, y debemos estar bien despiertos y no ignorar sus maquinaciones. Seguramente seremos vencidos por los ingenios satánicos a menos que nuestra mente y nuestra voluntad se sometan por completo a la voluntad de Cristo. Malograremos nuestra salvación, a menos que los elementos discordantes sean puestos cada día y cada hora en sujeción al carácter de Cristo. Las tendencias y pasiones degradantes e incontrolables no pueden reinar en un corazón dirigido por el Espíritu de Cristo. Hay muchos que nunca han sometido sin reservas su voluntad y sus caminos a Jesucristo.TCS 220.1

    En el ministerio de la palabra se necesitan más lecciones acerca de la verdadera conversión que argumentos doctrinales, porque es mucho más fácil y más natural, para el corazón que no está bajo el control del Espíritu de Cristo, elegir asuntos doctrinales que prácticos. Se pronuncian muchos discursos carentes de Cristo que no son más aceptables ante Dios que la ofrenda de Caín. No están en armonía con el Padre.TCS 220.2

    Enfermos de malaria espiritual—Hermano, el Señor lo invita a retirarse de la obra, a abandonar los muros de Sion y a ser un hombre convertido. Cuando su corazón sea santificado por la verdad, no habrá en él contaminación moral. Se requerirá ahora la más desesperada resistencia de su parte a las sugerencias no santificadas, porque su alma está enferma de malaria espiritual. Ud. ha respirado la atmósfera satánica. No ha sido un hombre como Dios esperaba. Cuando su mente debía crecer, sus ideas elevarse y sus planes y labores ensancharse, Ud. ha llegado a ser cada vez menos eficiente, pues Dios no bendice sus esfuerzos.TCS 220.3

    Un crimen a la vista de Dios—La perversión de nuestros dones, o su degradación hacia fines indignos, constituye un crimen a la vista de Dios; no obstante, esto ha prevalecido constantemente. El hombre que posee capacidades útiles, y emplea su éxito y poder de atracción para destruir a otros, desviarlos de la buena senda y conducirlos a las fuentes turbias y envenenadas para que calmen su sed en ellas en vez de llevarlos a Cristo, está haciendo la obra del demonio. Hay muchos que profesan creer la verdad pero son de moral corrupta, empañan la pureza de pensamiento y los impulsos de otros, arruinan las almas bajo la pretensión de salvarlas, profieren palabras necias a los incautos. Satanás habla por medio de ellos de la misma manera como habló por la serpiente cuando ésta tentó a Eva.TCS 220.4

    A todos éstos les espera una retribución. Es cosa terrible pervertir los dones que Dios nos ha confiado para bendecir al mundo produciendo una nube, una calamidad, una maldición en vez de una bendición. Sobre esto he escrito mucho, como Ud. sabe, y en diferentes formas.TCS 221.1

    Bajo control total, la vida es posible—Y otra vez digo: “Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadlo en tanto que está cercano. Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual es amplio en perdonar”. Isaías 55:6, 7. Vaya a su tarea y confiese sus pecados a Dios: busque a Dios, pues Ud. sabe muy poco acerca de esa clase de obra. Ejercite sus pensamientos en asuntos puros y santos, impóngase sobre sus facultades, eleve sus súplicas al cielo en fervorosa contrición del alma. Permita que su conversación, sus pensamientos y su comportamiento guarden armonía con la santa fe que Ud. afirma que defiende.TCS 221.2

    Cuando todos los que se comportan como Ud. se arrepientan y se encuentren con el amor perdonador de Dios, veremos cómo Dios obra de manera maravillosa con su pueblo; los pecadores se convertirán, y los apóstatas serán reclamados.TCS 221.3

    Necesidad de purificación de la contaminación moral—Dejo todo esto con Ud. He estado esperando que la gran luz de la Palabra de Dios sea aceptada y llevada a la vida religiosa, y que Ud. llegue a ser un cristiano verdadero, sincero, que ejecute de corazón la voluntad de Dios. He sido impelida por el Espíritu de Dios a escribirle. La obra debe avanzar. Todo lo que es impuro tiene que tornarse puro y santo, de lo contrario debe ser arrojado de nosotros, porque todo lo que es terreno, sensual, diabólico, es una piedra de tropiezo para los demás y una maldición para la causa de Dios.TCS 221.4

    Cuanto antes sean nuestras filas purgadas de esta clase de personas, tanto más seguramente veremos la salvación de nuestro Dios y el poder de la verdad en nuestro medio. Es porque estamos amarrados a quienes no participan de la naturaleza divina, ni han podido escapar a la corrupción que produce en el mundo la concupiscencia, que tenemos tanta debilidad y flaqueza en nuestro medio. Debemos levantarnos. Tenemos que limpiar el campamento de Israel de su contaminación moral.—Carta 5, 1886.TCS 222.1

    No siempre es necesaria una exposición pública—A menos que sea necesario, no quisiera que se haga público el caso de T. Tengo una respuesta de él en la cual reconoce el testimonio recibido, pero no quisiera, por amor a su esposa y a sus hijos, dar publicidad a su caso. Sinceramente, le tengo lástima al hombre, y si pudiera hacer cualquier cosa para que ambos hombres fueran recuperados de las trampas de Satanás, lo haría. T ha tomado una posición mucho mejor que Canright. Aunque ambos han lanzado falsedades en contra de mí y del pueblo, no estoy amargada por ello ni quisiera perjudicarlos, pues tengo en mente la idea de que hay un juicio ante el cual toda obra humana habrá de pasar por una revisión delante de Dios, y que cada hombre recibirá del gran Juez la recompensa de acuerdo con sus obras.—Carta 59, 1889.TCS 222.2

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